Este año tuve dos fiestas



Basado en una historia real...

ESTE AÑO TUVE DOS FIESTAS

Este año tuve dos fiestas;
una en octubre y otra en febrero:
una sin gente y sin plata dispuesta
y otra gastando un montón de dinero.

De la segunda recuerdo el almuerzo:
Ají de gallina y chicha helada.
A mi casa llegaron con mucho esfuerzo
incluso la gente que no estaba invitada.

Compraron mi torta con once velitas
y después de cantar, pedí un deseo:
¡Cómo quisiera una fiesta bonita!
Que sea por mí y no por el festejo.

Meses después… al fin se cumplió:
estaba alejada de todos en casa
y, mientras ellos comían su pollo con grasa,
un primo también se alejó del montón.

Me vio y me dijo que cómo estaba;
le dije que bien y así, de repente,
como si apareciera solo en mi mente,
recordé que el siempre escuchaba y hablaba.

Tenía mis dudas; quería contarle,
porque él era distinto y yo lo sabía.
Creía en un Dios que yo no conocía
y era sobre Él que quería preguntarle.

Empecé las preguntas y me armé de valor;
él dejó lo que hacía para oírme mejor.
Me senté a su lado mientras lo escuchaba
hablar y hablar sobre el Dios al que amaba

“Seguir a Jesús nunca ha sido fácil;
la vida es dura y yo soy muy frágil.
Pero debo decirte que vale la pena
seguir a Aquel que quitó mi condena”

Después de un buen rato me miró fijamente.
Me había contado de aquel Dios viviente
que envió a su único Hijo amado
para salvarme a mí y perdonar mi pecado

“Ahora yo tengo una invitación
que, siendo sincero, es para valientes:
cree en Cristo y pide perdón
y así empezarás a ser diferente.

La lucha es fuerte, pero sola no estás
y si quieres realmente a Cristo seguir,
pues celebraremos que hay una hija más”,
me dijo mi primo y, al final… le dije que sí


Y así este año tuve dos fiestas;
una en octubre y otra en febrero.
Pero una sin gente y sin plata dispuesta,
pues esa fiesta se hizo en el cielo.

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