Decálogo para escribir un cuento


Si estudias Literatura o te dedicas a escribir, probablemente te hayas topado con esta pregunta: “Oye, ¿cómo hago para escribir un cuento?”. Otros, más valientes, preguntan: “¿Y qué es un cuento?”. Raymond Carver, en su ensayo Escribir un cuento, otorga algunos consejos que hemos buscado ordenar a continuación, para que si tú o algún amigo tienen dudas sobre esto, al menos puedas responder a la primera pregunta. Debemos aclarar que este decálogo no busca ser un paradigma estricto sobre cómo crear un cuento, por lo que siempre puede variar un poco. Sin más preámbulo, he aquí el Decálogo para escribir un cuento (basado en Carver, claro está).

1. No se trata solo de talento.

Muchos creen que los escritores nacen así, que la capacidad de escribir es un don innato. Y quizá pueda ser así, pero sería erróneo pensar que alguien que quiera realizar esta labor pueda valerse únicamente del talento que tenga, pues podría caer en una simple improvisación, un intento de escribir, pero sin saber cómo. Para ser un narrador (o cualquier otro tipo de creador) se necesita disciplina. Esto es lo que desencadena el resto.

2. La práctica hace al maestro.

Carver dice que Isak Dinesen escribía un poco todos los días. La práctica de la escritura es algo que debe caracterizar al escritor, pues no puede esperarse a que las ideas o la experticia para narrar surjan de pronto, como por acto de magia, en una persona; se necesita práctica para mejorar. Muchos dicen que a escribir se aprende haciendo, por lo que un escritor no puede dejar esto de lado.

3. No busques la salida fácil.

“Odio los juegos”, dice Carver. “Al primer signo de juego o de truco en una narración, sea trivial o elaborado, cierro el libro”. Es sencillo escribir por escribir, copiar lo que otros escriben o utilizar métodos “populares” para poder llegar a más personas; para atraer gente. Todos detestamos el clicbait en las redes; no lo hagas en lo que escribas.

4. Hazte entender.

Por otro lado, está el otro extremo. Muchos buscan realizar una literatura experimental, probar cosas que no se hayan eso antes. Eso es bueno, pero todo tiene un límite. Barth, cita Carver, argüía que el experimentalismo debe hacerse siempre en los márgenes. Muchas veces, por querer hacer este tipo de experimento literario, una obra puede caer en el hermetismo, al punto de ser imposible de comprender. Otros lo hacen a propósito. Recuerda que el cuento debe ser leído.

5. Escribe bien.

Los correctores de estilo hacen milagros, pero tienen un límite. Una buena escritura siempre brindará mayor claridad a un texto, sobre todo aquella expresada con un lenguaje claro y apropiado, sin las experimentaciones raras e ininteligibles que ya se han mencionado. “Ningún hierro puede despedazar tan fuertemente el corazón como un punto puesto en el lugar que le corresponde”, cita Carver.

6. Vuelve a leer.

Practica leyendo en voz alta lo que escribes; a veces es muy útil. Quizá, al volver a leer, descubras que hace falta agregar o quitar una coma o un punto en algún lugar, que podías emplear otra palabra en lugar de la que escribiste o que simplemente es momento de hacer una pelota de papel y empezar de nuevo. Es importante releer lo que uno escribe.

7. Busca tu estilo.

La obra de un escritor es casi como parte de uno mismo, por lo que se debe buscar un estilo propio con el cual se pueda identificar. Raymond Carver dice que “cualquier gran escritor, o simplemente buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especificidad”. Esa esencia hallada en cada obra de un narrador es irreemplazable y hasta, podría decirse, inigualable, pues todo intento de imitar el estilo de otro será solo eso: imitación.

8. Todo tiene su hora.

No eres el único escritor con hambre. Tampoco eres el único que es presionado por su familia y amigos (y por esa vocecita en su cabeza) para publicar cuanto antes lo que escribe. Tómate el tiempo necesario y recuerda que a quien debe gustarle, en primer lugar, es a ti. “Solo podemos llevarnos a la tumba la satisfacción de haber hecho lo mejor, de haber elaborado una obra que nos deje contentos”. Así es; Carver también lo dijo. Pero tampoco te tomes todo el tiempo del mundo, al punto que estés rodeado de textos sin concluir que, para ti, “aún no es momento de publicar”. Tómate el tiempo necesario; no te quedes solo con ideas o proyectos.

9. Enfréntate al bloqueo.

Todos hemos pasado por el bloqueo de escritor, ese momento en el que siente que eres el peor haciendo esto y que no sabes cómo continuar. O cómo empezar. Carver cita a Flannery O’Connor y dice que la escritura es un acto de descubrimiento. Y es que muchas veces uno debe dejar que los personajes y la misma historia te susurre al oído lo que quiere contar; de esta manera se habla de descubrir. A veces es necesario escribir la primera frase del cuento y dejarla ahí por unas horas, a veces es útil preguntarse por qué los personajes son de una determinada manera o indagar en esta historia oculta que tienen. En su momento, descubrirás que has hallado la forma precisa para continuar lo que habías empezado.

10. Guárdate algo para ti.

No plasmes todas las ideas que están en tu cabeza. Aprende a dar pequeñas dosis de historia al lector y no a intentar contar todo de una vez, pues no te harás entender. Como escritor, tú sí debes conocer toda la historia (o la mayoría) de tus personajes y cómo se maneja cada cosa en este mundo que estás creando, pero debes aprender qué le cuentas al resto. Carver, ya casi por el final de su ensayo Escribir un cuento, dice que “también son importantes las cosas que dejamos fuera, pues aun desechándolas siguen implícitas en la narración”. Además, siempre habrá un disfrute casi místico en aquellas entrevistas, sean formales o no, en las que un autor te cuenta algo que no sabías de su historia, pero que, ahora que lo piensas, tiene sentido.


Ensayo escrito para el Taller de Narración de la UNMSM, algún día del 2018.

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